El injerto de sandía, al igual que el injerto de melón, es una práctica muy frecuente en España y en la mayoría de países donde se cultiva este fruto. Aunque originaria de África, su consumo se ha extendido por todo el mundo. En algunas de estas zonas, sin embargo, no se dan las condiciones climáticas necesarias para que la planta germine. Por ello, muchos agricultores recurren al cultivo de injertos.
A continuación te explicamos todas las ventajas que te ofrece el injerto de sandía.
¿Por qué necesitas un injerto de sandía?
La sandía requiere unas condiciones de humedad y temperatura muy altas. En climas templados o demasiado secos no suele germinar bien. Al hibridarla con una variedad distinta, la planta resultante se vuelve más adaptable al frío, al calor y a la sequía.
Por otro lado, las enredaderas son especialmente sensibles a las enfermedades transmitidas por el suelo. Los hongos y otros agentes infecciosos pueden adherirse con facilidad a la planta y dañarla. El injerto de sandía le aporta resistencia y previene las infecciones. Este tipo de injerto hortícola debe realizarse entre variedades de plantas muy similares. La opción más habitual es el portainjerto de calabaza.
Beneficios de los injertos hortícolas
El injerto hortícola consiste en la unión de dos plantas distintas, que se desarrollan juntas como un único organismo. Esto, como hemos explicado, permite generar variedades más resistentes a enfermedades y a la sequía. Pero sus beneficios van más allá. Las plantas nacidas como fruto de un injerto cuentan con una variedad genética mayor. Entre otros aspectos, esto mejora el rendimiento de la planta, que produce un mayor número de frutos. Al producir más con el mismo número de plantas, se reduce el espacio necesario para el cultivo. Por ello el injerto hortícola es la técnica idónea para plantaciones con poco espacio disponible, como un invernadero o un huerto casero. En el caso del injerto de sandía, conseguimos una planta apta para climas templados, que soporta mejor los niveles de salinidad del suelo y que genera más frutos sanos.
¿Cómo cuidar la planta de sandía?
El proceso total de crecimiento de una planta de sandía es de unos tres o cuatro meses, desde su inserción en la tierra y su floración hasta la maduración total de los frutos. La época de siembra habitual en países como España es a partir de mayo.
Durante su periodo de crecimiento, hay algunos aspectos a los que debemos prestar atención para garantizar el correcto desarrollo de la planta. En primer lugar, el suelo debe tener unas condiciones de drenaje adecuadas. Contar con una pequeña inclinación en el terreno donde plantemos las sandías evitará que se formen charcos que puedan ahogar la enredadera.
Es importante retirar los hierbajos que crezcan en torno a la planta. De este modo evitaremos que interfieran con el crecimiento de las raíces. Por diversos motivos, alguno de los frutos que genere la planta pueden echarse a perder y pudrirse. En estos casos lo mejor es cortarlos para que la planta destine todos sus nutrientes a los frutos sanos. Una vez terminado el proceso de desarrollo, existen varios trucos para saber si la sandía está lista para su recolección. En primer lugar, los zarcillos que nacen de la base del tallo estarán resecos. Además, la piel habrá perdido brillo y ofrecerá resistencia al tratar de clavar la uña. Otro indicio será que, al golpearla con la mano, el interior de la sandía suene hueco.
Si no seguimos estos pasos antes de arrancarla de la enredadera, el fruto puede echarse a perder.
Injerto hortícola. ¿Hacerlo o comprarlo?
Como hemos comentado, los injertos hortícolas ofrecen numerosas ventajas. Permiten formar plantas más productivas, vigorosas y adaptables a las temperaturas. Existen diversas técnicas para realizar un injerto entre dos variedades hortícolas. Sin embargo, la mayor parte de ellas son complejas y requieren que el agricultor conozca bien el proceso. De otro modo, puede acabar dañando alguno de los esquejes y echar a perder la planta. En su lugar, es posible comprar injertos hortícolas ya realizados así como plantas hortícolas como los que ofrecemos en Grupo Cristalplant. Esto le ofrece variedades germinadas y listas para plantarse en la tierra. Es la opción idónea para agricultores que deseen acelerar el proceso de cultivo.
En su conjunto, los injertos de sandía ofrecen numerosos beneficios a los horticultores. Permiten desarrollar plantas más resistentes, con un volumen de frutos mayor y que germinen en climas templados.